En el marco de la celebración del 50 aniversario de su fundación, la Universidad Nacional es una de las dos instituciones dedicada de la Feria Internacional del Libro.
En medio de días de intensa negociación por la defensa del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) 2024, el rector de la Universidad Nacional (UNA), Francisco González, recibió a Lectomanía durante unos minutos de su comprometido tiempo.

“Es un motivo de mucho regocijo y agradecimiento que la Cámara Costarricense del Libro (CCL) tomara la decisión de homenajear a la Universidad Nacional en su 50 aniversario en el marco de la Feria Internacional del Libro”, expresó González.
Esta distinción de la Cámara obedece al aporte que la UNA ha dado a la sociedad costarricense en múltiples campos incluidos el editorial, cuyos datos son significativos de acuerdo con González.
En 50 años, la UNA ha entregado más de 110.000 titulaciones a personas de todos los lugares del país.
También ha logrado consolidar un modelo de admisión que en los últimos años asegura que el 80% de la población que ingresa a esta universidad provenga de colegios públicos.
El 67% de todas las personas estudiantes de la universidad son los primeros de sus hogares en ingresar a una universidad pública; y estos datos se unen a que cerca del 50 por ciento, sobre todo de zonas rurales, cuenta con algún tipo de beca. “Esta información ratifica que también hemos logrado consolidar un modelo de admisión que acerca el mérito con la condición socioeconómica de las personas”, se congratula González.
En materia de investigación y extensión, González afirma que la UNA ha madurado, pues a su haber tiene 600 proyectos en ejecución.
Editorial EUNA
En el área editorial produce cerca de 100 libros al año sobre temáticas muy diversas, que van desde la literatura, la investigación científica y aplicada, hasta la filosofía y la educación.
Al respecto, González agrega que junto a las otras cuatro universidades públicas cumplen una tarea fundamental, sustentada en el dato de que uno de cada tres libros son editados en el país por dichas instituciones de educación superior.
En términos de la evolución de los formatos de los libros, González habla sobre la tercera revolución a la que se llega luego de varias etapas, cuya más reciente es lo digital o ebook, en la cual ha incursionado la UNA.
Editorialmente, la universidad también produce 27 revistas que en promedio publican de cinco a seis artículos por cada volúmen. “Esto significa que generamos de 200 a 300 artículos al año con temáticas de ámbitos del conocimiento muy variados”, detalla González.
Asimismo, la UNA ejecuta el programa UNA Palabra, concurso literario a nivel nacional y consolidado desde hace muchos años abierto para escritores. “Es una vitrina muy importante para los autores que participan y son reconocidos por sus letras”, destacó González.
De acuerdo con González, el gran reto de las universidades públicas vinculadas con el sector editorial es que, de manera prioritaria, asuman que en la lectura compiten los formatos impreso y digital, y que, precisamente, “en el advenimiento de la cultura digital y en su traslado a los escenarios educativos, hemos tenido algunas limitaciones que tenemos que reconocer”.
Así, por ejemplo, en prácticas de mediación pedagógica el uso del Power Point ha sustituido tanto artículos completos, como capítulos de libros y libros enteros. “Personalmente creo que esa ha sido una limitación que ha decantado en un menor estímulo para la lectura completa de textos”, expone González.
Sin embargo, el mayor reto es reconocer que no hay una estrategia clara a nivel de los primeros años de enseñanza para la estimulación temprana y adecuada de la lectura.
“No tenemos un programa nacional de lectura del Ministerio de Educación Pública, que sistematice la promoción de la lectura. Creo que primero debemos enseñar y aprender a sensibilizarnos sobre el gozo que significa la lectura, y sobre todas las bondades que eso implica”, añade.
González además se refiere al carácter voluntario de la lectura que es su rasgo fundamental. “Uno lee porque quiere, solo puede leer porque le gusta, le apasiona”, dice.
Hace hincapié a la vez en que la lectura es fundamental para poder desarrollar un pensamiento crítico con respecto a los diferentes fenómenos políticos, económicos y culturales de la realidad.
Esto se logra a partir de la lectura de libros serios, como aquellos de las editoriales de las universidades públicas que han pasado el filtro de la veracidad y el control de calidad.
Otro gran desafío, según González, es reconocer que las bibliotecas se deben transformar. “Tienen que ser un espacio diferente para que la gente vuelva a ellas; la gente, los estudiantes no están yendo a las bibliotecas. Hay que generar nuevos entornos alrededor de las bibliotecas que posibiliten esa recreación a partir de la lectura”.
Finalmente sobre la circulación del libro, el talón de Aquiles del sector editorial, González plantea que no se debe tener un solo libro embodegado en la editorial de la UNA. “Debemos tener inventarios cero. Primero tenemos que reconocer que la edición masiva ya no funciona, ya que es complejo editar miles de libros que no deben estar metidos en anaqueles”.
Para evitar este fenómeno, la EUNA arrancó con un programa mediante el cual se obsequian libros a los estudiantes universitarios de primer ingreso, así como a alumnos de distintos niveles de las escuelas. “Yo insisto en que no tenemos porqué tener en la bodega un solo libro… el libro se hizo para que circule, no se hizo para que esté guardado”.
Ello implica, concluye González, que se deben realizar campañas de difusión del libro que contemplen ferias, como la de la Cámara Costarricense del Libro, que son medulares, pues logran una gran visitación.
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