En 1991 la Cámara Costarricense del Libro inició la publicación de la revista “Costa Rica y los libros”, que circuló hasta 1998 en 17 ediciones. Un año más tarde se publicó el periódico “Libros, para leer en Costa Rica”, del que se imprimían cinco mil ejemplares cada vez y se hicieron poco más de veinte ediciones durante cuatro años.
Ambos esfuerzos contribuyeron en su momento a fortalecer el gremio aunque, vistos hoy, probablemente pecaron de una visión endogámica que a la postre determinaron sus posteriores debilitamientos. Esto a pesar de los esfuerzos de circulación que, por ejemplo en el caso del periódico, se entregaba gratuitamente a las estructuras docentes del Ministerio de Educación Pública y de las principales universidades nacionales.

El análisis crítico de esa historia nos permite hoy reiniciar una estrategia de comunicación abierta e inclusiva, que aprovechará las nuevas tecnologías y la virtualidad para circular ampliamente.
Lectomanía es la principal herramienta de esta estrategia comunicativa y, aunque será vocera oficial de los órganos de la Cámara, no la concebimos sola ni principalmente en ese papel, sino como instrumento de divulgación y reflexión del amplio mundo de los libros, desde los escritores, los editores y sus colaboradores (filólogos, artistas y otros), los diseñadores e impresores, los distribuidores, libreros, bibliotecarios y, por supuesto, los lectores.
La literatura creativa adolece hoy de algún medio masivo que divulgue con profusión las reseñas, las críticas, las opiniones, los debates que permitan a los lectores acceder a las mejores obras nacionales y extranjeras. Lectomanía espera serlo.
Costa Rica, principalmente desde sus universidades, produce conocimiento valioso en todas las ramas científicas, vertidas con frecuencia en libros excelentes publicados por las editoriales de los mismos centros educativos y otras. Pero su conocimiento en la población nacional es limitado. Lectomanía estará a las órdenes de los autores y editores de estas obras.
La literatura infantil y juvenil, un tanto escasa tradicionalmente en el país, se yergue hoy con el aporte de creadores e ilustradores de gran calidad, junto con obras testimoniales, de ensayo literario, artísticas y gran diversidad. Lectomanía también será su canal de comunicación.
La industria editorial, entendiéndola de nuevo desde el creador hasta el lector final, tiene el reto, la necesidad y la oportunidad de crecer profesionalmente, con los conocimientos científicos, técnicos y artísticos que hacen posibles los oficios del libro. Lectomanía ofrecerá sus páginas a los maestros.
Lectomanía está abierta a las contribuciones, con los únicos requisitos de la pertinencia de los contenidos, su calidad y el respeto. Esta es una invitación abierta.
Quizás parezcamos pretensiosos; no, pero sí somos ambiciosos.