Con Crimen en Calle Paraíso, Oscar Núñez Olivas incursiona por segunda vez en la novela policial. Antes había publicado En clave de Luna (2004), traducida al inglés bajo el título Cadence of the moon. Costa Rica, Guatemala y México, concretamente Veracruz, son los escenarios donde se desarrolla la trama de esta nueva obra (Uruk Editores, 2022). La novela arranca en la capital costarricense, a donde ha llegado el coprotagonista del relato, Rómulo Galván. Viene a contratar a una detective privada, Guadalupe Arriaga, para que le colabore en la investigación del asesinato de su padre, el veterano periodista Elías Galván.

La investigación, sin embargo, toma derroteros sorprendentes. Junto al crimen de su progenitor, termina destapando una red mafiosa dedicada a la extorsión y al tráfico de mujeres, en la que están involucrados sicarios, empresarios y abogados, en un mundo violento y sórdido, común en muchos países latinoamericanos. Las víctimas: bellas jóvenes que sueñan con triunfar como modelo o humildes familias que empeñan lo poco que tienen para viajar a Estados Unidos huyendo de las maras y en busca de conquistar el muchas veces huidizo sueño americano.
Galván, que laboraba para un diario guatemalteco, es asesinado un 20 de julio cerca de las diez de la noche frente al concurrido restaurante Flor del Paraíso, en una calle de ciudad Guatemala. Ya presentía el desenlace que tendría su vida por la labor realizada como periodista investigador en este mundo tenebroso donde se coluden diversos tipos de intereses y de mafias. Dos hombres a bordo de una motocicleta descargaron los proyectiles de un arma automática, que lo alcanzaron en el tórax, el abdomen y la cabeza. Expiró en el sitio casi de inmediato. Nadie logró identificar a los sicarios, que llevaban cascos con viseras oscuras. Se presume que Galván tendría una reunión como parte del trabajo que realizaba. La imagen parece familiar.
A partir de este asesinato, se desarrolla la historia de la novela de Núñez. Elías Galván era un periodista destacado y muchos tendrían razones sobradas para odiarlo e incluso quitárselo del camino de manera definitiva. “Había desnudado decenas de casos de corrupción –alerta el narrador omnisciente-, había puesto en evidencia a políticos y empresarios mafiosos, funcionarios medios, dirigentes deportivos, líderes sindicales, sacerdotes, estrellas de la farándula, militares, ex guerrilleros y jefes pandilleros.”
Como en cualquier novela de corte policial, son muchos los sospechosos quienes pueden estar detrás del homicidio, incluso autoridades o personas cercanas al comunicador. Al menos así le sucedió a este desprevenido lector, pero en el curso del relato, también como sucede en este subgénero literario, se empiezan a descartar posibles sospechosos. Lo que sí resulta obvio es que quienes están detrás del homicidio son bandas criminales, con sus conexiones de abogados y empresarios, que de alguna manera han sido objeto de la labor profesional de Galván. El caso no avanza en los tribunales de justicia guatemaltecos y todo hace prever que quedará en la impunidad, como tantos otros en un sistema judicial abúlico, esclerótico y tentado por la corrupción, algo de lo que no son ajenos muchos países, al igual que Guatemala.
Rómulo Galván es un prominente y generoso empresario, con fabulosos negocios en su país, México y otros países centroamericanos, incluido Cosa Rica. Tiene una relación de pareja con Larissa, una joven y voluble fiscal guatemalteca, más interesada en resolver su futuro económico a la mayor brevedad sin importar que tenga que pisotear la ética que le demanda el cargo. El empresario se niega a aceptar que el asesinato de su progenitor quede impune. Está dispuesto a mover cielo y tierra y, sobre todo, dólares, hasta ver a los asesinos tras las rejas. Para salvar su vida, Guadalupe Arriaga (Lupe), la detective, se ha visto obligada a abandonar su país de origen, Guatemala y, junto a su madre, se ha instalado de manera definitiva en Costa Rica.
En su oficina en el barrio Amón, de San José, Guadalupe recibe a Rómulo, quien le pide ayuda para dar con los asesinos de Elías. Hasta entonces no se conocen. Pese a la jugosa oferta económica, duda si vale la pena correr el riesgo de regresar a su país y adentrarse en la aventura que le propone el empresario. Medita y finalmente acepta el desafío. Se traslada a Guatemala, donde empieza, junto con su jefe temporal, a atar cabos para dar con criminales, los autores intelectuales y materiales del asesinato del periodista, quien, previendo el riesgo al que lo conducía su labor profesional, incluso había dejado un seguro para un hijo, niño aún, producto de una relación extramarital que se suponía había mantenido en secreto.
En el curso de la investigación, la detective, acuerpada por Rómulo, empieza a descubrir una red mafiosa, que, mediante artimañas, estafa a personas o familias que hipotecan sus escasos bienes para viajar a Estados Unidos. Una mafia que terminaba apoderándose de las propiedades hipotecadas. Pero, sobre todo, una red de tráfico de personas, jóvenes mujeres en este caso, que, con la promesa que meterlas en el mundo del modelaje, como era su ambición, terminaban como esclavas prostituidas en cualquier night club, en cualquier prostíbulo.
Valeria, de 17 años y de una singular belleza, es el símbolo de este macabro negocio. Acaba con su vida destrozada, víctima de la organización criminal que termina poniendo al descubierto la investigación llevada a cabo por Guadalupe con el aporte, presencial y económico, de Rómulo. La joven víctima al igual que millones de mujeres alrededor del mundo, esclavas que muchas veces terminan con su vida en sus anhelos por recobrar la libertad robada a su más tierna edad. Uno de los mayores crímenes ya bien entrado el siglo XXI.
De este modo, el relato va más allá del asesinato del periodista. Se adentra en un tema tan actual como son el tráfico de personas y las masivas migraciones, de masas de latinoamericanos desposeídas, familias sin futuro en sus países de origen, donde ya no tienen nada que salvar, hacia Estados Unidos, estafadas a la vez de los inescrupulosos coyotes o por las mismas autoridades en los países por los que deben transitar.
Crimen en Calle Paraíso es una novela que se lee con placer, obra de un escritor con mucho oficio y con una obra literaria considerable. Fue un destacado periodista de medios nacionales e internacionales. Otras obras de Núñez Olivas son El teatro circular, Los gallos de San Esteban y La guerra prometida.