Mi ruta es lograr la unión de todo el gremio editorial
Después de tres años de severos impactos de la pandemia del Covid-19, la industria editorial costarricense empieza a recuperarse. Coincide este momento con la elección de una nueva junta directiva de la Cámara Costarricense del Libro (CCL) y la designación de una experimentada editora en la presidencia.
Alexandra Meléndez inició funciones a la cabeza de la entidad gremial el pasado 1 de marzo y ya ha empezado a sentar las bases de lo que será su gestión de dos años. El norte: unir a todos los actores de la industria del libro e invitarlos a caminar juntos para lograr un acercamiento mayor a los lectores y una más amplia proyección de la producción literaria costarricense.
La nueva presidenta de la CCL habló con Lectomania.net acerca de éstos y otros temas de su gestión, prevista para los próximos dos años.

Lectomania.net: Después de los sinsabores de la pandemia, ¿podríamos decir que este año marca la recuperación de la industria editorial costarricense?
Alexandra Meléndez: Se puede decir que este es el año en que nos abrimos totalmente a la normalidad en lo que se refiere a la presencia en actividades, como las ferias, tanto aquí en Costa Rica, como en todos los países.
Siento que las personas que trabajamos en el mundo del libro estamos totalmente abiertos, porque ya el año pasado hubo muchas actividades de las que tomamos parte. Tal vez una parte del público todavía tiene un pequeño recelo de participar en estos grandes eventos, pero creo que eso cambiará poco a poco en los meses que siguen.
Ciertamente, la pandemia golpeó duro a la industria editorial. Muchas empresas tuvieron que cerrar sus puertas porque no lograron sostenerse durante tanto tiempo. El problema es que se creyó que la pandemia sería para un año, pero al final fueron tres y muchas editoriales, librerías y litografías se vieron forzadas a cerrar sus puertas. Sin embargo, creo que este año vamos avanzando hacia la recuperación.
L.: La pandemia del Covid-19 y sus impactos no solo en la industria editorial sino en todo el sistema económico debe haber dejado algunas enseñanzas de cómo afrontar emergencias de este tipo sin que la economía se desplome. Hablando específicamente del mundo de los libros, ¿qué cree usted que debería hacerse para estar mejor preparados?
A.M. Definitivamente, el que la pandemia cayera tan sin previo aviso, hizo que muchos editores cambiáramos nuestros formatos. Formatos en los libros y en la forma de acercarnos a los lectores; las plataformas digitales se utilizaron muchísimo más. Tal vez eso no fue muy representativo en cuanto a los volúmenes de ventas, pero sí logramos que la gente sintiera que seguíamos ahí.
Por ejemplo, la editorial de la Universidad Nacional (EUNA), donde aún trabajo como editora, abrió muchísimos más canales de comercialización con todos estos sistemas de plataformas para enviar mensajes e informar sobre obras. La gente también respondió, aunque esa respuesta no se tradujo en ventas. Para la EUNA eso no representó un problema económico porque la editorial trabaja con su propio presupuesto, pero sí afectó en cuanto al objetivo último: llegar a los lectores.
Ahora bien, las plataformas han quedado ahí y vamos a seguir trabajando con ellas para llegar al público de una manera más dinámica. Seguimos con las actividades virtuales, que nos ayudaron mucho en estos años de pandemia.
En síntesis, nos queda el aprendizaje de que no debemos ser siempre iguales. Hace 30 años, uno solo pensaba en hacer presentaciones presenciales, hablar con el público en actividades como ferias, ir a escuelas, colegios, etc. Ahora, los recursos virtuales son numerosos y tenemos que hacer uso de ellos.
L: ¿Cuál cree usted que es el papel que la Cámara del Libro debería jugar en ese proceso de recuperación de la industria y su relanzamiento?
A.M.: Yo pienso que el papel principal de la Cámara es promover la unión de todos los actores del gremio, porque hay que señalar que estamos muy separados. Se han abierto muchos otros grupos que no están directamente relacionados con la Cámara en este momento.
Mi tema principal es que todos estos grupos nos constituyamos en un solo gremio. Somos los mismos, todos trabajamos en libros, somos autores, editores, distribuidores, libreros. La Cámara, antes que nada, debe unir. Y luego, ayudar a todos los pequeños emprendimientos, como los autores-editores, que están apenas tratando de salir avante luego de la pandemia. Vamos a hacer todo lo posible por brindarles nuestro apoyo.
Eso se va a materializar en la próxima feria del libro. Vamos a tratar por todos los medios de que sea una feria de todo el gremio, que nadie se quede afuera y superar los conflictos de grupos. La única manera de resolver los conflictos es mediante la comunicación, es lo que yo he aprendido en todos los años que he trabajado en este sector.
Ahora la Cámara tiene una nueva oficina que está abierta a todos, asociados o no asociados, aquí pueden venir y solicitar una salita para reuniones, los vamos a recibir con mucho gusto. Esa es mi ruta: lograr la unión de todo el gremio.
L: En términos prácticos, ¿cómo haría la Cámara para integrar a esos grupos y que puedan sentirse apoyados?
A.M.: Lo primero que vamos a hacer es tratar de tener espacios, aunque sean pequeños, pero a precios muy cómodos, para que todo escritor individual, editor-autor o editorial pequeña tenga la posibilidad de tener un puesto en la Feria Internacional del Libro de Costa Rica.
Vamos a tratar de que cualquier autor o editor tenga la posibilidad de realizar sus actividades, que ninguno se sienta marginado.
Yo entiendo lo que es ser un editor pequeño, porque mi papá fue uno de ellos. El era el dueño de la editorial Guayacán y viví con él todas esas dificultades, el no tener como promover los libros, de trabajar con las uñas para salir adelante.
Hay editoriales, como las de las universidades, o grandes librerías que pueden pagar un poquito más y así podremos ayudar a los otros.
L.: Entonces, ese es el núcleo de su gestión para este periodo. ¿Qué otros proyectos o metas tiene en su programa?
Tengo la idea de trabajar más de la mano con el proyecto del Ministerio de Cultura de llevar bibliotecas a los lugares más lejanos, donde no existe internet, ni teléfono y casi nada. Quiero que la Cámara sea un gran apoyo para esta iniciativa.
Según creo, el ministerio tiene programado llevar 200 bibliotecas de este tipo a comunidades lejanas. En principio, me parece que la EUNA tiene muchas posibilidades de contribuir a este programa desde sus proyectos de extensión en lugares alejados, como los fronterizos o las zonas indígenas, donde hay grandes necesidades de libros, sobre todo para los jóvenes.
Otro de los proyectos es empezar, inmediatamente después de concluida la feria, una campaña de promoción de lectura, dirigida igualmente hacia lugares fuera de las ciudades, con los grupos más necesitados.
La idea es llevar autores, especialistas en lectura, libros si es necesario, y organizar actividades en escuelas y colegios. Esto funcionaría muy bien como complemento del proyecto de bibliotecas.
También tengo el objetivo de internacionalizar la producción costarricense de libros. Ya estamos contactando con ferias como la de Bogotá, Guadalajara, Cuba para llevar literatura costarricense. No podemos aquí dando vueltas, donde todos nos conocemos, hay que tratar de llevarla hacia afuera, darla a conocer internacionalmente.
Gracias a mi trabajo en la UNA he tenido la oportunidad de asistir a muchas ferias en España, Alemania y otros muchos lugares, donde uno ve el interés que tienen los lectores de esos países en la literatura nuestra. Yo sé que no es difícil darla a conocer, los costos se pueden negociar con las organizaciones que organizan esas ferias, ellos suelen hacen precios super especiales para las cámaras de países como el nuestro.
Ya estamos diseñando un boletín en el cual se va a informar sobre todo tipo de actividades relacionadas con el mundo del libro, incluyendo las ferias en otros países y los certámenes internacionales, para que los autores nacionales participen. Yenemos literatura de mucho valor que de esa manera puede darse a conocer en el exterior.
El boletín estará dirigido en primer lugar a nuestros socios, pero también a todas las personas interesadas a quienes este tipo de información pueda ser de interés.
Queremos fortalecer la relación con los demás países centroamericanos. A raíz de problemas políticos, en algunos de estos países casi no están funcionando las cámaras, muchas editoriales han desaparecido o reducido sus actividades. He hecho una nota a todas las cámaras para que hablemos, para que busquemos unirnos. Pienso que si ellos no pueden hacer sus ferias, podrían venir a Costa Rica a exponer sus libros.
Ya he hablado con las editoriales universitarias para que nos unamos y vamos a hacer un stand-país en la Feria de Guadalajara. Voy a pedir autorización a la junta directiva para que la Cámara se una a este stand-país y ayudemos a los pequeños editores a estar presentes en esa importante feria.